Gaetano Longo
(Italia, 1964)

La memoria no muere
donde no puede morir.
Se queda y se zampa huellas escondidas
estrellas antiguas y piel seca
y lo que fue
continua viviendo
también donde parece no haber nada.
Donde la vida muere
la memoria se nutre.
Es un golpe seco que abofetea al tiempo
cuando un dios guerrero se inclina
para recoger su piel de ángel
y los restos de su aventura.
La eterna rueda de sangre y de sueños
que nunca se detiene
- a veces se desbanda -
nos golpeas a traición en las rodillas
y en las piernas
entre huellas y pasatiempos,
delirios y maravillas
continua su giro en la memoria del mundo.

*

Explosión y apoteosis del deseo

El deseo es un cristal límpido y brillante
en el fondo del sueño oscuro,
tantas pequeñas mariposas amarillas
aplastada sobre la pared gris del engaño.
Sobre el borde de este día
hay un abismo amargo,
un abismo que sabe de ausencia de Dios
y su sabor se confunde inútilmente
con la luz baja del silencio
y el naufragio de la tarde.
En el límite de la tempestad se entreve una luz de aire abierto.
La libertad es cualquier cosa, también sentirse dueño de la noche,
hacer el amor de pie frente al mar
y orinar, orinar mucho tiempo sobre una pared blanca
y silbarle a las estrellas una música pegadiza de Mozart
o un blues con alma negra, con la armónica y el ritmo
de los pies en el polvo.
La libertad es cualquier cosa,
acaso el orgasmo de ángeles excitados sobre nuestras cabezas.

*

Crónica de la nueva inmigración

Tuvo que abandonar casa y familia,
amigos, parientes y conocidos.
El nuevo continente y la gran ciudad
la esperaban con los brazos abiertos.
En las cartas a casa
decía que trabajaba como camarera
en un hermoso restaurante de lujo;
pero todas las noches se vendía muy cara.
Tenía que mantener un hijo rebelde
y ayudaba al marido
que era solo un pobre carpintero
sin futuro.
Un día hubiese vuelto
y quizás las cosas hubieran ido mejor.
Toda su maleta
era un foulard azul y una cruz sobre el pecho.
Su nombre era María
pero en su pueblo todos,
irónicamente,
la llamaban "La Virgen".


*

Arte de supervivencia

No me olvido de nada,
absolutamente de nada.
Y repaso todo
en mi memoria
día tras día,
paso tras paso.

Abandonarse al pasado
también puede a veces salvar la vida.

Quizás por esto tenga que recordar
cada instante de mi vida
y reconstruirla trozo a trozo.

Quizás por esta razón que saben
nunca me olvidaré de nada
porque tengo tiempo para vender.

Quizás por esta razón vago solitario
entre doctores dementes y enfermeros
y todos me llaman loco de mierda
o también Proust.
Más que eso, con respeto me nombran
Monsieur Proust.

*

Estudio sobre las metamorfosis

Sobre hechos y fechorías está en equilibrio el mundo.

Romeo, o Romeo
seis hijos derramados por los cuatro vientos
con otras tantas madres
diferentes y abandonadas.
Ahora en camiseta miro la tele
con el estómago hinchado de cerveza y antiguos rencores.

Julieta, o Julieta
tres abortos antiguos
y dos matrimonios naufragados.
Ahora a hacer el streap-tease
en los night-clubs de la periferia
para tirar adelante y sobrevivir.

Entre hechos y fechorías se mueven lo equívocos del mundo.
Verdades y mentiras
las cuece y las cambia
un William Shakespeare cualquiera
con la ayuda del tiempo
y de una buena pluma.

Tambaleante y deshechos apuntamos directamente
hacia la melancolía o la muerte.

*