AÏCHA BASSRY: LA PALABRA EN SU DESNUDEZ

Josefa Parra *

Debo adelantar que sólo he leído una pequeña parte de los poemas de Aïcha Bassry, los que están traducidos al castellano. Apenas una muestra de su producción, y filtrada además por la difícil prueba del paso a otra lengua, con todo lo que ello implica de disolución, de pérdida irremediable de esa médula de la poesía que es la palabra en sí, la palabra en su sonido y en su música.
Digamos, pues, que conozco poco a Aïcha, y que la conozco “de segunda mano”. Y sin embargo (¡cosas de la poesía!), leo sus versos y una onda de complicidad y de entendimiento me conmueve. Comprendo lo que dice Aïcha. No sólo lo intuyo: lo sé. Un mundo entero se transparenta en sus versos, el de un ser humano concreto y complejo, el de una mujer. Es ese mundo como un caleidoscopio de experiencias; retazos vividos, deseados o soñados, como mínimas piezas coloreadas, se combinan para mostrar una figura de mujer, y luego otra, y otra, y otra. Siempre cambiante y siempre la misma, porque las piezas (los poemas) son, uno por uno y todos juntos, ella misma. Aïcha que llora; Aïcha que escucha; Aïcha que aconseja; Aïcha que sufre. Y porque es ella misma en cada pieza, es todas las mujeres, y es todas las personas. Lo individual es precisamente lo que puede trascender para pertenecer a lo humano, a lo común. Eso me conmueve de Aïcha Basrry, que tiene la capacidad de convertir la experiencia cotidiana, la quizá simple experiencia cotidiana, en tema universal. Ni la barrera del idioma es suficiente para impedir ese trasvase mágico, incluso místico, del yo al nosotros. Con un puñadito de palabras. Con frases concisas y redondas. No necesita más la verdadera poesía para hacerse cierta, para enseñorear, para traspasarnos y vivificarnos.
La poesía en su esencia. Una mujer que la escribe, sincera, abiertamente. La palabra y la mujer en espléndida desnudez.

* Josefa Parra es poeta y miembro del Consejo de Redacción de “Pliegos de Opinión”.

*****

POEMAS

AÏCHA BASSRY

TRADUCCIÓN:  ABDELLATIF ZENAN

(1) Consejos para amar a las mujeres.

Conviérteme en amuleto de tu pecho.
Te protegeré del pecado.
Silencia tu lengua. Habla con el corazón.
Se te revelarán mis secretos.
Tómame como soy, una mujer.
Te devolveré a tus orígenes,
a tus raíces,
a las aguas de tu esencia.
Persigue mi perfume.
Ten paciencia ante mis enigmas.
Qué hombre antes de ti
sondeó los secretos de una mujer.
Sé el nectar que irriga mis raíces.
Poda lo sobrante de mis ramas:
me abriré, flor eterna, en tus palmas.
Píntame: sombra de tus nubes,
lloveré de pudor
cada vez que tu aliento me roce.
Acumúlame: lágrima en tus párpados,
fluiré cuando el arbol de tu tristeza florezca.
Escóndeme como contraseña en tus líneas,
como un grano de fragancia en tu tinta,
memoriza mi nombre,
mantenlo secreto:
el poeta que revela el nombre de su amada
anuncia la muerte del poema.
No te fíes de la miel que fluye de mis labios:
dolor para tus heridas son sus gotas.
Antaño, capturé mi rostro en el espejo del río,
me cautivé de mi hermosura y te amé,
eres el hijo de la abundancia de mi deseo.
¡Ten cuidado!
Si dejas escapar de las manos mi fragilidad,
seré tu eterno sufrimiento.

(2) A un poeta

Los versos son tu labor,
amigo,
y necesitas la palabra tierna...!
Restaura nuestras heridas...
Tu frío hablar
me hace temblar.

(3) Vida

Yo no viví:
sólo
fui vivero
de otras vidas.

(4) Sumisión

¡Cuidado!
Descálzate
en el umbral del corazón.
¡Cuidado!
Bajo la ceniza del cuerpo
están los restos de unos amantes
que eligieron morir
en la memoria.
Para ellos escogí
mi blanco silencio
como elegía.

(5) Egoísmo

Da igual,
préstame un poco de tu egoísmo,
para que sea
tu lágrima
sólo una vez.

(6) Restauración

¿Por qué me ubicaste en la nada?
Ten un poco de femineidad
para volver a mí misma
cuando sea tuya.

(7) Pregunta

Le preguntó:
¿Aún queda algo
seductor en mi jardín?
Sobre el perchero
colgó su pregunta,
y se marchó.

(8) Silencio

Tu silencio
me atormenta.
Habladora soy
y mis gestos
me divulgan.

(9) Perfume

Un poco de almizcle
y de ámbar,
una gota de esencia de rosas,
un grano de clavel,
una hoja de alheña.
Es la mezcla de su perfume,
que olvidó
en el ascensor.

(10) Porque he sido

Porque
he sido la brisa
que reanima su pecho.
Porque adoraba la tierra
que mis pies pisaban...
Como polvo de camino,
me sacudió,
y se fue.

(11) Flor

La flor
que tanto
busqué,
la hallé por sorpresa
en un restaurante chino.
Entre mis dedos,
se asustó.
En mi mano,
entre la línea de la vida y la muerte,
distraídamente, se desmayó.
En el maletín, se expandió su perfume.

(12) Un beso

¡Dulce es
este beso!
Si no fuera por el sabor
de la despedida en los labios.

(13) Celos

Con sus dedos,
con sus labios
con su voz tambaleante de embriaguez,
pintó una mujer
para su poema.
¡Qué preciosa es
su mujer / poema!
A escondidas,
alargué la mano;
de su pecho
arranqué el corazón,
lo puse cerca de mí,
sobre el sillón,
para embriagarme con el poema.

(14) Mañanas abandonadas

Te echo de menos
cuando los pájaros picotean una vieja llaga
…y me entristezco.
Te echo de menos
entre el murmullo de las hojas de otoño
y la suave lluvia.
Te echo de menos
cuando una bandada de mariposas aburridas
huye de mis manos.
Te echo de menos
cuando se despreocupa de mí
la cigüeña del minarete de enfrente
pelando una naranja a su pareja.
Te echo de menos
cuando se juntan las mañanas
abandonadas en mi lecho.
Te echo de menos
cuando las lágrimas se congelan en mis párpados.
Te necesito, brisa cálida, para que hagas llover.
Te echo de menos
cuando la noche cree en las calumnias de la noche
y abandona mi terraza.
Cuando el corazón se convierte en buzón de cartas que nunca llegan.
Te echo de menos
cuando se disuelve el silencio
y, en su soledad, la habitación se pudre.
Te echo de menos…
Cuando la pérdida se convierte
en la eterna canción
de una vida diminuta.

(15) Pasión marchita

Dos copas vacías,
restos de comida sobre la mesa,
velas marchitas sobre la sábana roja.
Colillas desperezándose en el cenicero.
Un pendiente vaga entre los pliegues de la sábana
en busca de su semejante.
Un mechón borda la blancura de la almohada…
Los ojos del alba espían dos cuerpos dormidos.
Dos copas vacías,
dos pájaros picotean el cristal de la ventana.
El ruido del cerrojo tardó
…y el olor a café.
Si no fuera por el pudor,
habrían bebido el brindis de anoche.
Si no fuera por la virtud,
se habrían servido de la desnudez de los cuerpos
para taparse,
y como alas para volar de noche.
Dos copas vacías,
dos cuerpos reluciendo…
La luz del alba barre
los despojos de la noche sobre la alfombra.
La gata de los vecinos se cuela en la habitación.
¿Debe despertar este alboroto, o dejarlo saborear el placer de anoche?

AÏCHA BASSRY

Nacida en 1960, es funcionaria del Ministerio de Educación Nacional de Marruecos. Es Secretaria de redacción de una revista educativa. Es licenciada en Letras y Lengua árabe por la Universidad Mohamed V de Rabat.
Actividades literarias:
Es Miembro de la Casa de la Poesía y de la Unión de Escritores de Marruecos. Ha publicado artículos sobre artes plásticas en Marruecos, así como poemas en diferentes periódicos nacionales e internacionales. Algunos de sus poemas han sido traducidos al español, al catalán y al francés.
Entre su obra poética destaca: Tardes, Insomnio de los ángeles y Un balcón ensombrecido. Ha publicado también una crítica sobre “La ironía en la poesía de Mahmoud Darwish”.
Ha participado en diferentes festivales de poesía de Marruecos (Festival de la Poesía Mediterránea, 2001), en España (Semana de la Poesía de Barcelona, 2002; Poesía Mediterránea, Palma de Mallorca, 2004), en Egipto (Escritura y Mujer, 2002; Salón Internacional del Libro, 2005), en Francia (Festival de Poesía, Caen, 2005; Los jueves de LMA, París, 2005) y Jordania (Festival de la Cultura y las Artes, Jerash, 2005).
Visión poética:
“Yo escribo no para luchar violentamente contra la vida, sino para protestar de una manera artística. La poesía es mi segunda vida. Cuando lo cotidiano me aprisiona, la poesía es mi único refugio. Escribir poesía es un estado de ánimo antes que un juego de palabras” (Entrevista con Hansa Bekri Lamrani, para el nº 61 de Arcade au Femenin, sobre las poetisas de Marruecos)
“Cercana a las sensaciones primitivas, a los olores, a las cosas de la vida. Ella aviva su ánimo tanto como sus sentidos; y allá donde otra pluma hace el inventario heteróclito de las cosas, Aïcha Bassry transforma los objetos más familiares en imágenes deslumbrantes con muchas elipses y trabajo de concreción. Ella responde a la esencia de la poesía. Sin retórica ni clichés, sólo necesita un mínimo de palabras para decir lo esencial, las grandes alegrías simples que pueden procurar el sueño, el viaje y el amor del mundo”. Hanane Derkaoui, en un artículo aparecido en Libertation Maroc.

www.pliegosdeopinion.net/pdo11/11barandal/11poesia/aichabassry.htm

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